Durante casi cuatro décadas la Torre Colpatria fue el edificio más alto de Colombia. Con sus 50 pisos y 196 metros de altura, este edificio es un emblema de Bogotá. Y es objeto de una de las más relevantes y vistosas estrategias comunicativas de iluminación realizadas en el país.

Desde sus primeros años se buscó aprovechar su potencial comunicativo: en 1998 comenzó a iluminarse, entonces con luces de xenón, que no posibilitaban el aprovechamiento publicitario; solo iluminaban las paredes. En el año 2012 el antiguo sistema de xenón fue sustituido con luces LED, aprovechadas para comunicar diferentes mensajes, todos ellos muy conectados con el sentir de los colombianos. Es especialmente recordada la iluminación en temporada decembrina y en fechas de carácter patriótico.

12.180 metros lineales de nodos LED de la compañía Philips cubren desde el piso 12 hasta el 46 del enorme edificio. En total, se encienden 40.600 bombillos todos los días, desde las 6 de la tarde hasta las 11 de la noche. El control de la iluminación se realiza desde una aplicación disponible en móviles o en la Web, para que los administradores monitoreen el funcionamiento y modifiquen los contenidos; y el consumo de energía es de 25 watios por metro cuadrado. El fabricante asegura que esta iluminación no representa ningún peligro para el ojo humano, ni genera ningún tipo de radiación ni temperatura que puede afectar a las personas. El sistema tiene la capacidad de producir imágenes a 30 cuadros por segundo, en una resolución de 401 x 92 pixeles.

El uso comunicativo que se hace de esta instalación ha sido todo un éxito. Las noches del centro bogotano se convirtieron en postales, gracias a este edificio multicolor, que a veces parece estar cubierto con la bandera nacional. La Torre Colpatria es orgullo arquitectónico de la capital, no solo por su altura (actualmente es el tercer más alto del país), sino por su famosa iluminación. Es realmente un sistema maravilloso que hace lucir muy bien a la capital del país.